martes, 25 de noviembre de 2008

Niebla en mi cabeza


He tardado mucho en volver a subirme a mi tejado, he estado demasiado ocupada aquí abajo, en la tierra firme. Extrañaba mi tejado, el ver las cosas y a las personas desde aquí arriba y poder ser algo más crítica conmigo y con lo que me rodea. Las circunstancias de la vida mundana me obligaron a bajar y ahora me ha costado trabajo auparme de nuevo, pero como una buena felina, he sacado fuerzas de no-se-donde y encogiendo mi cuerpo he cogido impulso para dar de nuevo el salto...

Pero cuando he llegado al tejado me he dado cuenta de que una enorme neblina lo inunda todo, desde que he vuelto a subir hay algo que tengo dentro, dando vueltas, revoloteando dentro de mi, como una extraña sensación que hace años que no tenía...parece, como si al respirar introdujera parte de esa neblina en mí y, es raro, pero me está ganando o no sé, quizá me esté dejando ganar... No digo que el dejarme intoxicar por esa niebla sea algo malo, digo que es raro, volver a tener esos sentimientos, esa neblina que hace que mi cara se sonroje...pero en esta ocasión es distinto y más intenso...será la edad

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo sentimiento es válido, sabes? a veces son buenos, otros malos, y otros extraños. Es lo que te diferencia del resto del mundo.Sentir. Porque nadie, absolutamente nadie, siente exactamente como tú.

La niebla es una bendición en muchos sitios del mundo. Es magica y tiene poder en sí. :)